Adolfo Velarde Peinado
Compositor por excelencia de la
música oriental.
Comentábamos
que inicialmente don Adolfo creó su banda, para posteriormente para hacer
realidad su sueño largamente acariciado de tener su propia orquesta, de esta
manera nace la agrupación que es denominada con el apelativo que se conoce del
maestro Velarde, “Pavichi y su orquesta” animadora de cientos de fiestas
memorables y carnavales plenos de color y alegrías, los mutualistas, “Beirut”, el
“Caballito Negro”, el Potro Loco y tantos otros locales desconocidos por las
nuevas generaciones, los que son recordados con nostalgias por hombres y
mujeres, actores y protagonistas de estas fenomenales carnestolendas.
“Pavichi”
nos comenta que sus hijos Jorge, Líder, Remberto, Juan, Carlos, Lorgio, Mario,
Darío y Carmelo son músicos, el que no siguió la tradición fue Adolfo, quien es
ingeniero agrónomo; Lucy, la única mujer de la familia, se desempeña desde hace
tiempo como maestra de una guardería infantil.
Felizmente,
los jóvenes dirigentes de instituciones, la administración pública, autoridades
políticas y culturales han reconocido la valía de Adolfo Velrde y su inmensa
contribución a la cultura musical del Norte Integrado y en diversas
oportunidades fue galardonado y distinguido que en justicia honran a un hombre,
que como él dice, sin ser perfecto a dado lo mejor de su vida e inspiración en
esta tierra que aunque no es suya, es cuna de sus hijos y de generaciones del
porvenir.

“Pavichi” prolífico maestro en su larga trayectoria ha creado 350
composiciones producto de su inspiración, todas ellas del acervo camba y de sus
once hijos, nueve le siguen sus pasos.
En
el corazón y en la memoria de los pueblos siempre hay un lugar muy especial
para sus trovadores y aquellos que a través de la música cantaron a la belleza
de sus mujeres, de sus paisajes, a sus costumbres y su forma de ser.
Adolfo
Velarde Peinado, no necesita de mayores presentaciones a su larga trayectoria
como consagrado músico, compositor y maestros de nuevas generaciones de hombres
dedicados a ese oficio y mal pagada profesión.
Nuestro
entrevistado relata que nació en Santa Cruz de la Sierra el 7 de mayo de
1923, y comenta que cada ser humano por un destino difícil de cambiarlo y
torcerlo.
“En
mi familia nunca existieron músicos. Yo me acuerdo que descuidaba a mis padres,
cuando en las apacibles noches cruceñas se escuchaba el tronar de la banda de
música, animando algún “buri”, rememora don Adolfo, agregando que iba siempre
de mosquetero por el sólo placer de mirar y oír de cerca a la banda,
especialmente cuando actuaba “la primera” del maestro Mateo Flores..
Nací
para ser músico, nos dice don Adolfo y en ese sentido en 1949, a la edad de 19 años,
acicateado por esta voluntad y con todos los bríos de los juveniles años, se
traslado a la ciudad del Illimani e ingresa a la escuela de música, dirigida en
ese entonces por el Tte. Humberto Patiño, de quien guarda el mejor de los
recuerdos.
Una
vez cumplido el objetivo, vuelve a su tierra natal y se desempeña como operario
en varias bandas de músicos que existían en la capital cruceña “no me acuerdo
muy bien quién fue el que me invitó a Montero, lo cierto que en 1950 llegué a
este pueblo, pequeño, humilde, donde encontré un ambiente que me gustó
principalmente porque no había competencia”, recuerda nuestro personaje.
“Formé
la primer banda de músicos y también hice mi hogar, supe que desde el primer momento
que el destino se cumplía inexorablemente, que aquí iban a quedar mis huesos”.
Hoy,
después de 45 años, puedo asegurar que aunque no todo fue miel y rosas, mi vida
estuvo dedicada a esta tierra que me brindó su cariño y aprecio y que fue
correspondida con la misma intensidad y pasión de parte mía, subrayó Valverde.
“PAVICHI”
Y SU ORQUESTA

Don
Adolfo Velarde también es maestro de música, estuvo más de treinta años de
fecundo trabajo en diferentes colegios fiscales y particulares, desarrollando
una intensa labor de enseñanzas y gracias a sus desvelos e inquietudes, en la actualidad existen 32
músicos profesionales, los que reconocen la proficua labor del maestro
“Pavichi”.
De
los once hijos procreados de la unión con doña Marina Suárez, nueve son
“colegas” suyos, que desempeñan el oficio con una calidad interpretativa
reconocida como excelente, admirada a través de lo que inicialmente era “Pavichi
y su orquesta” derivando en la actualidad en la famosa agrupación “Los Águilas
de Bolivia”, motivo de orgullos para los montereros.

PROLÍFICO
COMPOSITOR
A
través de sus largos años de una prolífica labor, Adolfo Velarde no sólo se
preocupa en difundir la música. A la fecha tiene registrada 350 composiciones,
producto de su inspiración y fundamentalmente todas del folclore oriental,
relieva con cariño al trío “Los Panchitos”, Marciano (+), “Choco” Moreno los que
fueron quienes más difundieron sus creaciones en sus numerosas grabaciones
realizadas en el sello Lyra de la ciudad de La Paz.
“Montereñita”,
“La caña está por cortar”, Guabirá Campeón, son versiones que más
satisfacciones le dieron como compositor, aunque “económicamente no significaba
nada, porque estaba bien sabido que los compositores, si dependiera de sus
“regalías”, estarían muertos de hambre”, señala Velarde.
DISTINCIONES
En
el cincuentenario de la provincia Obispo Santistevan fue la personalidad
destacada, declarado “Hijo Predilecto” de Montero por la Sociedad Cultural
San Ramón de la Víbora,
y ciudadano meritorio y notable.
Su
retrato está en la Galería
de Notables en la Casa
de Cultura, ha sido galardonado por los gobiernos municipales de Portachuelo,
Montero, Cruz Roja, Federación de Mutuales de Santa Cruz, de la Sociedad Santa Cecilia de la
ciudad capital, de los colegios Marceliano Montero, Nacional Guabirá, Boliviano
Americano, La Floresta
y Marco Chávez, donde prestó por muchos años su servicio, como de innumerables
instituciones que oportunamente han reconocido la valía de este hombre que a
consagrado su vida a su gran pasión e innata vocación a la majestad de la
música.
Adolfo
“Pavichi” Velarde Suárez falleció el 12 de noviembre del 2010 dejando un vacío
que difícilmente podrá ser llenado. Su deceso causó mucho pesar en la ciudad,
que se volcó en gran cantidad hasta su última morada como reconocimiento al trabajo
que en vida realizó el Mestro “Pavichi”.
Fuente: Libro "Personajes de Tierra Adentro" de Pepe Ocampo.
Esta historia tan real,es el legado que nos dejo en profe. que para mi fue como un padre de quien me siento bien orgulloso de haberle conocido.
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